Mujer de Buenos Aires
Debajo de
tus calles, mezcla de adoquines y faroles,
los sonidos
tristes de un acorde milonguero,
invitaban a
reuniones en el cafetín de la esquina.
Barrio de
dos por cuatro,
Boedo, cuna
de artistas revolucionarios.
En tus cordones gastados,
siguen las
pisadas.
Todas las
pisadas.
De hombres
buscadores de justicia,
De tangueros
tristes y mujeres prohibidas.
Hasta Borges
reconoció tu talento.
Suburbio
gris, de tardes con garúa.
Historia de
prostitutas, de inmigrantes
Fotos
quebradas, ideales impedidos...
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